Invertirás algo más de 5 horas en conseguirlo, ya que la bajada es complicada por la cantidad de piedras sueltas y el cansancio acumulado.
Dicen los libros de rutas que es la opción más dura para subir a La Maroma y no les falta razón.

Una vez abandonado el coche y adquirido algo de comida, especialmente agua, solo encontraremos una fuente en todo el camino, iniciamos el ascenso.
Salir del pueblo te da una idea de lo que te espera, tiene calles tan empinadas que si pretendes llevar un ritmo exigente desde el principio, te pone en tu lugar. Una vez en las afueras del pueblo encontramos un cartel que nos informa del recorrido y del tiempo estimado, un poco exagerado.
A unos 3 Km nos encontramos con la única fuente del recorrido y una cueva refugio natural. Hasta aquí la montaña nos ha tratado bastante mal, “suavizándose” algo los próximos kilómetros.
La sombra en todo el recorrido no existe, por eso recomendaba el cartel que el sendero se realizase en meses con temperatura suave, especialmente en primavera.
Cuando llevas 6 kilómetros de recorrido, algo cansado ya, de repente la pista tira hacia abajo durante 400 metros, que te permiten recuperarte pero a la vez te molestan ya que como puedes entender más adelante habrá que recuperarlos.
Nos encontramos a 1.500 m de altitud y nos quedan algo más de 600m por superar.
Seguidamente encontramos una curiosa ruta en zig-zag que nos acerca a la vista de la cima.
Desde el momento que entiendes que estas llegando, hasta este punto acumulas algo más de 8 Km, la subida se hace más penosa, las paradas más continuas y la necesidad de hidratación una religión.
Hasta este momento el sendero ha estado puntualmente señalizado por hitos y de manera especial por los senderistas que te han precedido. A partir de aquí te costara encontrar la senda por lo que te sugiero que mires hacia atrás para tomar un punto de referencia, que necesitaras en la bajada, para retomar el camino.
A estas alturas los pinares han desaparecido, dejando paso a una vegetación herbácea, almohadillada y espinosa, tampoco echaremos en falta los pinos ya que la sombra que nos han facilitado ha sido escasa.

Mucho cuidado con la sima que hay próxima al vértice geodésico.
Cuidado con el regreso que las fuerzas irán muy justas y si un bastón ha sido una ayuda importante en la subida, bajando te dará el equilibrio que el suelo suelto te negará.
Prestar especial atención al pasar junto al lecho del rio?, ya que sale un camino a la derecha, que no ha sido el que te llevo a la cima, hay que elegir seguir recto para volver a pasar por la ruta en zig-zag que ya conocimos en la subida
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